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[ Jueves, 17 Mayo 2012 13:44 ]
Al inaugurar el de las Industrias culturales, Tatiana Villegas, especialista de Programa Adjunto, de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, de la UNESCO, presentó Políticas para la creatividad, una guía para el desarrollo de las industrias culturales y creativas.
Se analizó el concepto de industrias culturales y creativas, expuesto por el economista Julio Carranza, a partir de que éstas son actividades que potencian y comercializan bienes y servicios de contenido artístico y simbólico, generalmente protegidos por derecho de autor. Destacan como industrias culturales en beneficio de los centros históricos los medios de comunicación, la industria editorial, el diseño, la arquitectura, las artes visuales, la artesanía, la literatura, las galerías, los museos, el turismo cultural, entre otros. Por su parte la directora del Plan Maestro de la Oficina del Historiador, la doctora Patricia Rodríguez destacó la existencia de esas expresiones en el Modelo de Gestión de La Habana Vieja, y precisó la necesidad de articularlas, a la vez que resulta inminente potenciar el desarrollo de las Tecnologías de Informática y Comunicación (TIC´S).
La experiencia del incremento del cuentapropismo en La Habana Vieja, tema regulado por el Plan Maestro a tono con el trabajo de perfeccionamiento derivado del modelo económico de la nación, fue analizada en el taller sobre la relación entre el sector público y el privado. Debidamente dimensionada y regulada, esa constituye una vía fundamental para impulsar los procesos rehabilitadores en un clima responsable. Sobresalió que el arrendamiento de habitaciones en el Centro Histórico es una acción que, además de contribuir con la economía familiar puede aprovecharse para el mejoramiento del fondo edificado en la zona.
En la segunda jornada de talleres del encuentro, se conocieron disímiles experiencias sobre los instrumentos y la gestión para un uso eficiente y equitativo del suelo urbano, así como de las economías solidarias y las organizaciones económicas autogestionarias que contribuyen con la sostenibilidad de esos sitios.
En el primer análisis, los delegados coincidieron en que la construcción y aplicación de mecanismos financieros y herramientas fiscales especiales, facilitan relaciones transparentes y de mutuo beneficio para acelerar el proceso de recuperación y atraer inversiones hacia los centros históricos.
“El suelo es una condición necesaria para la producción de bienes y servicios, y por tanto, hay que entenderlo como un recurso productivo, como un bien de consumo y como un bien o activo financiero” fue la tesis expuesta por el doctor Ricardo Núñez del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Fue ampliamente acogida, además, la conclusión de Anabel Monterrubio, de la Ciudad de México, cuando se refirió a que la integralidad en la planificación urbana es importante para la sostenibilidad económica, principalmente cuando se incluyen balanceadamente las funciones habitacionales, comerciales, turísticas y culturales.
Las normativas jurídicas y urbanas para la preservación de los centros históricos y la autogestión local, fueron temáticas expuestas por especialistas de Latinoamérica y España asistentes al cónclave, quienes consideran imprescindible la puesta en práctica de fueros legales especiales que contribuyan, además, a educar a la ciudadanía en el cuidado del patrimonio.
Y el último taller, sobre las economías solidarias y las organizaciones autogestionarias, motivaron el debate sobre la importancia de lograr asociaciones competitivas en aras del beneficio colectivo y la sostenibilidad. Ejemplos de La Habana Vieja como los de Arte Corte y la Microindustria “Pascualín” demuestran los roles de las cooperativas en el nuevo modelo económico cubano y su impacto en la comunidad, principalmente en los grupos vulnerables.
Proyectos culturales que involucran a los ciudadanos como el teatral de la Casa Gaia y el Fotocentro y el de la cooperativa productora de servicios “Ayudarte a emplearte”, fueron dados a conocer como modalidades para emprender actividades locales en beneficio de sus creadores y de la colectividad.
Por: María Victoria Pardo
Foto: Juan Carlos González Villaveirán
