Este día ... El 11 de septiembre de 1916 se anuncia la venta de solares y urbanización del reparto Ensanche de La Habana, en el antiguo terreno de base-ball Almendares, entre Infanta y Ayestarán. |
Proceso de RehabilitaciónLos Inicios: 1980-1989El proceso de recuperación patrimonial y socioeconómica se inició en 1980 con la restauración de la antigua Casa de los Condes de Jaruco, en la Plaza Vieja, que acogió el Fondo Cubano de Bienes Culturales. Desde ese momento, la puesta en marcha del Primer Plan Quinquenal de Restauración (1981-1986) priorizó el rescate de un grupo de inmuebles de alto valor histórico y cultural situados en el sector colindante con la Plaza de Armas, especialmente en las primeras cuadras de la calle Obispo, que fueron objeto de una amplia reanimación funcional. La peatonalización de este tradicional eje comercial conectó el centro antiguo de la ciudad intramuros con la zona de expansión de La Habana del siglo XIX. En 1986 la Oficina del Historiador, en su papel de inversionista del proyecto, puso en marcha el Segundo Plan Quinquenal de Restauración (1986-1991).
La recuperación funcional y de la imagen urbana, implicó un cambio radical en la conciencia ciudadana sobre los valores de la ciudad y las potencialidades de su recuperación. A partir de ese momento, las acciones se extendieron hacia el sur, a lo largo de las calles Oficios y Mercaderes, en dirección a las plazas de San Francisco y Vieja, y en dirección norte, hacia la Plaza de la Catedral.
1990-1999Entre las medidas económicas e institucionales tomadas en el país para atenuar la crisis a inicios de los noventa, se puso en marcha un nuevo modelo de gestión liderado por la Oficina del Historiador. El modelo, integral y sostenible desde el punto de vista financiero, reimpulsó desde fines de 1993 el proceso de rehabilitación, concentrando planes y recursos en las cuatro plazas principales y los ejes que las conectan, a partir de una red creciente de instalaciones comerciales y de servicios, lo que permitió el fortalecimiento de nuevos proyectos sociales (entre ellos los programas de vivienda) y de reanimación cultural. El patrimonio dejó de ser contemplado únicamente en su dimensión cultural, para considerar también, de manera activa, su dimensión socioeconómica. 2000-2009En los primeros diez años tras la implementación del modelo de gestión se recuperaron 350 edificios en aproximadamente cuarenta manzanas. A las acciones de recuperación del sector asociado a cuatro de las cinco plazas principales se añadieron los trabajos en otros sitios priorizados: el Paseo del Prado, la calle Obispo, el borde portuario, y otros proyectos al interior del territorio, especialmente en el barrio de San Isidro y el entorno de los conventos de Belén y Santa Teresa. El territorio se consolida como polo cultural y turístico de nivel nacional, recibiendo anualmente un millón de visitantes extranjeros y una gran afluencia de residentes 2010-2019En esta década se prevé la consolidación de los sitios recuperados y el avance hacia la Plaza del Cristo a través de una serie de acciones a diversas escalas en las calles Teniente Rey y Amargura; y por otro lado continuar las intervenciones en los ejes de Oficios, O’Reilly, San Ignacio y Paula, mientras se refuerza la centralidad y jerarquía del sector Prado-Estación Central de Ferrocarriles, con acciones en el sector terciario. Por otro lado, se prevé la apertura de nuevos focos dinamizadores hacia el interior del territorio, sobre todo en pequeñas plazuelas como Santa Clara y El Ángel. Con el rescate de los antiguos Almacenes de San José, valioso exponente de la arquitectura industrial de fines del siglo XIX, dio inicio al proceso de reconversión de las viejas estructuras portuarias para su uso como instalaciones culturales y de ocio. El nuevo Mercado de Artesano marca así el primer paso para la recuperación del frente marítimo de la ciudad histórica |
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