La Oficina del Historiador: una sola familia
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El 18 de abril de 1818 el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa concedió licencia para la construcción de una ermita en el poblado de Casablanca.




La Oficina del Historiador: una sola familia

Con un llamado a continuar leales a los propósitos del Plan Maestro y a seguir adelante, el doctor Eusebio Leal impartió una conferencia a los integrantes de esa entidad de la Oficina del Historiador, “les doy mi apoyo, mi respaldo, mi saludo” expresó y les deseó un año muy feliz.

“El prestigio de la institución ha sido logrado por el esfuerzo y hoy estamos ante nuevas proyecciones, tenemos la idea general y planificada de lo que hemos querido hacer”, sentenció el Historiador de la Ciudad, al tiempo que destacó el papel que juega el individuo en la historia: “los pueblos, estoy convencido de eso, hacen la historia pero el pueblo es una suma de individualidades que cuando se ponen de acuerdo bajo un liderazgo, son capaces de hacer cosas extraordinarias”.

En su intervención de principios de año en el otrora Palacio del Segundo Cabo, Leal destacó la capacidad del Plan Maestro de interpretar la realidad y de ser flexible ante la misma, “se requiere conocimiento, cultura, certeza, aplomo, además de integridad personal para no caer en provocaciones de ningún tipo”.

En el espíritu del discurso sobresalió el logro de incorporar a la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba nuevos valores como la Oficina del Conservador en el Valle de Viñales en la provincia de Pinar del Río, “lo cual coadyuvará a impedir allí errores graves”.

Asimismo alentó a ocupar asientos desde donde se puedan emitir opiniones responsables y a consolidar la unidad de todos los profesionales de la Oficina del Historiador: arquitectos, ingenieros, historiadores del arte, museólogos, cada uno en lo suyo y todos formando una sola familia.









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