- Detalles
-
[ Lunes, 14 Noviembre 2016 19:59 ]
Después de una restauración general de varios años, el Palacio del Marqués de Arcos en la Plaza de la Catedral vuelve a ser sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana, institución representativa de la cultura y la identidad nacional cubanas.

Presidido por el excelentísimo Señor Masaru Watanabe, Embajador de Japón en Cuba; el Doctor Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana; Reynaldo García Zapata, miembro del Comité Central del Partido y Presidente de la Asamblea del Poder Popular de La Habana, y Gladys Collazo, Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, al acto de apertura asistieron constructores, restauradores, arqueólogos, historiadores, arquitectos, proyectistas, museólogos y otros especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, institución que llevó a cabo las obras.
En sus palabras de presentación, la directora de Gestión Cultural de la Dirección de Patrimonio Cultural, Katia Cárdenas expresó: “Hoy devolvemos a los cubanos uno de los palacios más bellos y majestuosos que abre una galería visual a la emblemática Plaza de la Catedral, mientras que desde su puerta principal se accede al gran mural que recuerda a pensadores, poetas, músicos, artistas que en distintos momentos frecuentaron el museo y cuya labor conformó el pensamiento cultural cubano y sentó las bases de la identidad nacional”.
Y agregó que a través de la Agencia de Colaboración Internacional de Japón, el Liceo obtuvo una donación cultural que le permitió adquirir equipamiento de punta, el cual contribuirá a la conformación de un centro cultural con el uso de las más modernas tecnologías de la comunicación y la información, “capaz de complacer a los más exigentes públicos”.
Al espíritu de la colaboración se refirió el embajador japonés: “Este proyecto tiene como principal objetivo proveer de equipos digitalizados de tecnología de punta a la biblioteca y mediateca. Con estas nuevas comodidades y facilidades no solo los cubanos, sino también los extranjeros podrán acceder con más facilidad a la historia y cultura de Cuba. Espero que este espacio sea visitado con visitantes nacionales e internacionales y que inspire en el futuro un continuo desarrollo de la cultura de Cuba”.
El diplomático defendió la idea de que podría utilizarse un salón del Palacio para la exhibición de cinematografía japonesa, y exposiciones tradicionales y contemporáneas de su país, que propicie la reunión de los aficionados a la cultura nipona.
Al clausurar el acto el doctor Leal enfatizó: “La iniciativa de que tres palacios se conecten: el Museo de Arte Colonial, el Palacio del Marqués de Arcos y el Palacio del Conde de Lombillo, que se comuniquen como lo hicieron naturalmente en el pasado a base de vínculos familiares y puertas que con el tiempo fueron clausuradas pero que cuya evidencia está ante nosotros, significará entrar en tres ambientes distintos, en tres atmósferas diferentes, en colecciones ricamente atesoradas durante años”.
En el Liceo Artístico y Literario de La Habana convivirán la Casa de la Poesía; el Museo de la Fotografía; una Mediateca; una Pinacoteca, un Salón de Arte digital para niños, salas de conferencias y de exposiciones permanentes y transitorias; taller y área de exposición de orfebrería y un café literario que da paso a un jardín, sitio natural para el descanso y la meditación.
Después de agradecer a todos los que intervinieron en el rescate del emblemático Palacio del Marqués de Arcos, Leal dedicó palabras a Japón por su colaboración con el bello inmueble y recordó otras áreas en la que ha estado presente el país nipón en el Centro Histórico, como sistemas de saneamiento y de extinción de incendios, éste adecuado a la angostura de las calles; y un planetario astronómico que fue, además, visitado por el primer cosmonauta japonés del mundo.
Y mostró alegría el Historiador porque, además de todo ello, el país asíatico colabora en el tema del patrimonio cultural, una nación que “tuvo que enfrentar la devastación, tuvo que enfrentar la pérdida de gran parte de su patrimonio humano y material y que sin embargo, realizando una proeza notable, digna de ser admirada construyó y edificó, levantó y preservó para la memoria humana grandes tesoros de su notabilísima antigüedad, del empeño de sus artistas y artesanos, del empeño de sus mujeres y sus hombres”.